El Médico Interno y la Vis Natura Medicatrix
En naturopatía y en las medicinas tradicionales, se reconoce que en todo ser humano existe una fuerza interna de autorregulación y sanación, llamada Vis Natura Medicatrix o “la fuerza curativa de la naturaleza”.
Esta inteligencia vital es el “médico interno”, una energía consciente que guía los procesos de equilibrio, limpieza, regeneración y armonía del cuerpo, la mente y el alma. (Nuestra sabiduría de autorregulación).
Cuando enfermamos, no es solo el cuerpo el que se desequilibra: también se altera el flujo de esta energía vital.
Toda terapia integral, está enfocada en favorecer las condiciones para que el médico interno despierte y actúe.
La Energía Vital Humana
La energía vital es el campo sutil que anima la materia, da movimiento a los órganos, sostiene las emociones y mantiene la conexión con el alma. Es el puente entre lo físico, lo emocional y lo espiritual.
– Cuando fluye libremente, hay salud, vitalidad y claridad mental.
– Cuando se estanca o debilita, aparecen síntomas, cansancio o desequilibrio emocional.
Para que nuestro sistema de autorreparación, cuide de nosotros, hay que activarlo, o más bien saber cómo cuidarlo y mantenerlo estable.
- Si le damos lo que necesita, reponderá con bienestar, vitalidad y paz mental
- Si obstaculizamos su trabajo y su flujo aparece el malestar, cansancio constante y el desequilibrio emocional
Pero para saber cómo cuidar de nuestra energía vital, es importante entender cuales son sus orígenes, de este modo no solo sabremos que darle cuándo nos pide ayuda, sino que interiorizaremos la verdadera importancia de conocer el origen de tu desequilibrio y el porqué de tratarlo siempre de forma INTEGRAL y no aislada.
Los tres tipos de energía que nos nutren
En la tradición energética oriental y en las corrientes de alquimia interna, se habla de tres grandes tipos de energía que conforman nuestra vitalidad integral:
Energía del Cielo Anterior (prenatal o ancestral)
Es la energía que heredamos de nuestros padres y linaje al momento de la concepción.
Está relacionada con la genética, la esencia vital, la estructura corporal y la longevidad.
Se almacena principalmente en los riñones y se gasta a lo largo de la vida.
Afectan a esta energía:
Estrés crónico, exceso de actividad sexual, emociones intensas sostenidas, miedo y agotamiento profundo.
Cuando se cuida:
Favorece la fuerza vital, la estabilidad emocional, la claridad mental y una vida larga.
Energía del Cielo Posterior (postnatal o adquirida)
Es la energía que obtenemos de la alimentación, la respiración, el descanso y las emociones equilibradas.
Se renueva cada día y nutre la vitalidad inmediata.
Afecta a esta energía:
Mala alimentación, respiración superficial, falta de descanso o de conexión con la naturaleza.
Cuando fluye correctamente:
Aparece energía constante, digestión equilibrada, ánimo estable y buena inmunidad.
Energía del Alma o Energía Espiritual
Es la frecuencia más sutil: la chispa divina o conciencia que da sentido a la existencia.
Está relacionada con el propósito de vida, la coherencia interna, la fe y la conexión con lo trascendente.
Afecta a esta energía:
La desconexión interior, la pérdida de propósito, el vacío existencial o la falta de sentido.
Cuando está activa y alineada:
Se experimenta paz interior, intuición clara, resiliencia y expansión de conciencia.
Relación entre las tres energías y la calidad de vida
Estas tres energías se entrelazan en cada ser humano:
La energía ancestral es el depósito profundo que nos sostiene.
La energía adquirida es el combustible que usamos cada día.
La energía espiritual es la guía que orienta el uso de las dos anteriores.
Cuando estas tres dimensiones están equilibradas, el médico interno puede actuar plenamente.
El resultado es vitalidad, longevidad y coherencia entre cuerpo, mente y espíritu.
Cuando una de ellas se agota o desvía, el flujo vital se interrumpe, apareciendo síntomas físicos, emocionales o existenciales. Llevándonos a una disminución de la calidad de vida y acortando la longevidad
En resumen
El médico interno es la expresión inteligente de la Vis Natura Medicatrix, la fuerza vital que habita en cada ser.
Su equilibrio depende del flujo armonioso de las tres energías del alma:
la heredada (cielo anterior), la nutrida (cielo posterior) y la espiritual (chispa divina).
Cuidarlas es cuidar la vida misma.
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